domingo, 25 de septiembre de 2011

Esclavo de tus palabras

Esto se ha vuelvo incómodo, nuestra relación rara, y nosotros presos de algo irreal, porque nuestra amistad parece ficticia. No es la primera vez que me hieres con tus palabras y no será la última. Deberías pensar más y hablar menos, ya que si no piensas lo que dices jamás serás dueño de tus palabras y siempre te valdrás de la escusa “lo dije sin pensar” aun sabiendo que no es así. Sé que no querías hacerme daño pero lo hiciste y eso no puedes remediarlo. He pasado toda la semana pensando en no hablarte ni contestar tus mensajes ni siquiera sonreírte ya que no entiendo aquello de decir que eres mi amigo y no serlo… Espero que pronto te hagas dueño de tus palabras para que no vuelva a pasar porque prefiero que no digas nada a que digas cosas que posiblemente hieran.

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