Y puedes estar enamorada una y mil veces. Puedes sentir que todo acaba y empieza con su estúpida sonrisa. Puedes pensar que en cuanto se vaya tu vida no tendrá sentido. Puede que cuando lo haga no hagas más que llorar. ¿Y todo esto para qué?
Has de entender que tu felicidad no depende del tipo que te enamores. Él no es más que una persona de las tantas que han de pasar por tu larga vida. Si se va, se fue y punto. Ahí terminó. Si se fue, fue porque él quiso, porque no te merecía, porque él no era ÉL. Algunos hombres dicen cosas demasiado bonitas, cosas que te pueden hacer pensar que él es el indicado. Pero no. Al final descubres que él solo es uno más de los tantos que no formarán parte de tu vida. Piensa que quien quiera formar parte de ella, de ti, se quedará a pesar de todo. No se irá al primer susto, a la primer pelea,al primer desplante...
No dejes que tu autoestima se venga abajo por un ser así. Llora para desahogarte. No por él. Piensa que cada vez que salgas por la puerta de tu casa te encontrarás, como mínimo, con una persona nueva. Quizás por ahí esté ÉL. No lo busques, él aparecerá cuando menos te lo esperes.